domingo, 13 de octubre de 2013

Punto y final.

Por fin, el cese de una larga etapa; mi mayor etapa.
¿Mayor? Sí, mayor.
La más difícil de toda mi vida.
Si quiera en lo familiar había sentido algo semejante.
Tras demasiados alti-bajos, todo acaba como cualquier montaña rusa; en su origen; abajo, en el punto 0.
¿Punto 0?
Como la vida misma.
Destacar, que en el transcurso de una etapa, siempre quedan los buenos momentos, ¡qué haríamos sin ellos!
Me siento cual pájaro malherido tras la huida; por una parte, daños reseñables, mientras que en la otra, respiro libertad.
¡Bendita libertad!
Puedo decir, y digo, que por fin, se acabó una etapa.
Ahora, comienza una nueva.
Veremos qué tal está.
Pero, como en todo... nunca se sabe con total plenitud, hasta que finaliza, lo que se creía desde un principio...
Eterno.